El 11 de octubre cumplimos 37 años y, como siempre, elegimos celebrarlo haciendo lo que mejor sabemos hacer: periodismo. Este año dedicamos nuestro número especial a un tema de relevancia y preocupación mundial que, sin embargo, en nuestro país no logra colarse entre los principales asuntos de la agenda: la crisis ambiental, es decir, las brutales consecuencias que el modelo de desarrollo está teniendo sobre el planeta.
En la apertura de este número, el analista y escritor especializado en ambiente Eduardo Gudynas calibra la magnitud de esa crisis, que ya ha sobrepasado seis de los nueve límites vitales para el funcionamiento ecológico del planeta. En su paneo, deja en evidencia la interconexión entre los ecosistemas del mundo y el entrelazamiento de los desequilibrios planetarios, sin olvidar los estancamientos y la falta de conciencia existente en Uruguay. En esa primera aproximación, desliza algunas alternativas que también son reclamadas por activistas y científicos de todo el mundo.
Una entrevista a la socióloga y ambientalista Maristella Svampa nos ayuda a comprender por qué la aceleración de la crisis climática solo deja la alternativa del decrecimiento: no se puede seguir sosteniendo un paradigma de consumo como el actual, que demanda cada vez más energía y materias primas. Claro que es el Norte global el que tiene una deuda ecológica con el Sur, que no puede seguir siendo una «zona de sacrificio», en medio de una transición verde que solo es justa para los países desarrollados. Sin embargo, esto no implica que los progresismos y las izquierdas del Sur no deban pensar otros horizontes para quebrar la noción tradicional y hegemónica del desarrollo. En ese sentido, un posible triunfo de Lula este domingo genera expectativa, ya que el expresidente ha prometido desandar las políticas ambientales del actual gobierno. A Bolsonaro se lo acusa de ir de la omisión a la promoción de los crímenes ambientales, y no hay que olvidar que estamos hablando del país más biodiverso del mundo.
¿Y por casa? Uruguay es uno de los países que menos aporta al efecto invernadero, sin embargo, será de los más afectados por este fenómeno a nivel continental, según proyectan estudios internacionales. Aportar poco no significa no aportar, y la ganadería está en la mira como una de las actividades que más contribuye a la contaminación ambiental, tema que abordamos en este número. En esta edición también hay espacio para hablar de las costas, uno de los principales territorios afectados por la crisis climática en nuestro país, y del hidrógeno verde, que cobra fuerza dentro del paquete de energías limpias (aunque no está libre de cuestionamientos). También nos detenemos en las dificultades para lograr una movilidad sostenible, en la que la transformación del transporte público en un medio que sea la primera opción de la gente juega un papel fundamental.