No hubo santos, esa semana. Los integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) verificaban con un georradar eventuales alteraciones del terreno, en busca de enterramientos clandestinos en el predio del Grupo de Artillería Antiaérea número 1 (cerca de Empalme Olmos, Canelones, una antigua chacra incautada a los “sediciosos”), cuando a poco de comenzar, en la mañana del lunes 4, llegó la noticia que alteró la rutina: en Semana Santa desconocidos –pero no tanto– habían ingresado al laboratorio del Grupo de Investigación en Arqueología Forense (Giaf) de la Facultad de Humanidades y habían robado la información referida a los posibles lugares de excavación en unidades militares. Los técnicos argentinos y uruguayos siguieron trabajando esa mañana en Artillería 1, pero el clima h...
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