Manuel Martínez Carril
Fue un héroe nacional. Un luchador empedernido e incansable, un amante de la cultura y de la socialización de las calidades espirituales, un militante.Suena a ridículo en estos tiempos posmodernos (que la izquierda institucional ha abrazado con fervor), pero Manuel Martínez fue un militante de la cultura a tiempo completo. Se las arreglaba para sostener su familia (y sus cigarrillos) y vivir muy austeramente, y el resto del tiempo mostraba con su hacer cómo trabajar en el terreno de lo cultural. Si las cosas fueran lógicas, él debió haber sido el primer docente –y grado 5– de “gestión cultural”, esa novel etiqueta que vino desde el Norte para enseñarnos a monetizar y a burocratizar –y vaciar de contenidos– la vida cultural de nuestros países del Sur. Pero era un ind...
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