El fiscal Juan Gómez, que instruyó el caso junto con el juez de crimen organizado Néstor Valleti, explicó a Brecha que las maniobras tenían dos variantes. Por un lado, el funcionario armó –junto a un proveedor de sistemas informáticos del Parlamento– tres unipersonales que presentaban facturas por compras inexistentes. Luego de cobrar se repartían el dinero en mitades. Las unipersonales fueron puestas a nombre de un amigo, una hermana y la madre del proveedor, quienes fueron liberados porque no se logró probar su conocimiento de los fraudes.
Por otro lado, el ex jefe de Compras también creó una unipersonal junto con un matrimonio amigo para llevar a cabo las mismas maniobras. La empresa estaba a nombre del esposo, que resultó procesado con prisión. En total el fraude alcanzó los 600 mil pe...
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