Que los retirados comprometidos con un pasado turbio trinen contra la reclusión de un general en actividad procesado por el asesinato de una militante comunista en plena dictadura no tendría, en principio, nada de asombroso, si no fuese que esta vez recibieron la solidaridad de sus antiguos enemigos de armas. Las declaraciones del presidente del Centro Militar, el coronel Guillermo Cedrés, reivindicando la inocencia de Miguel Dalmao, coronan un fin de año en el que a instancias de José Mujica el gobierno intentó reflotar aquella máxima que el presidente enunció en los albores de su mandato acerca de que no quería “viejitos presos” en centros carcelarios. En conocimiento del estado de salud del militar procesado por el crimen de Nibia Sabalsagaray, Mujica encomendó al secretario de la Presi...
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