Caravaggio y Quevedo trenzados en un partido de tenis a muerte. O dos épocas en un choque con un ganador. Caravaggio y el desenfreno de los sentidos en un lienzo sin fin frente a Quevedo y su compresión de palabras hasta su mínima expresión. El tiempo de la diversidad sexual como antesala a la moral imperial y católica del siglo XVI. Por ahí circula la narración de Álvaro Enrigue, titulada Muerte súbita y ganadora del premio Herralde de novela 2013. Sin embargo el autor admite a Brecha que el libro apunta a contar el México actual de muertes, decapitaciones y mercantilización.
—¿Por qué Quevedo y Caravaggio pueden ser una metáfora de un fin de época, actualmente?
—La Roma de Caravaggio era muy parecida al mundo en que vivimos ahora, un mundo de sexualidades mucho más fluidas de lo que vino...
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