Ficción: corazón caliente del mundo - Semanario Brecha
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Ficción: corazón caliente del mundo

Leído y a menudo malquerido, Michel Houellebecq en su última novela “Sumisión” vuelve a meter el dedo en las llagas de una Francia atribulada; los terremotos de malhumores y entusiasmos que este novelista provoca no son ajenos a su claro oficio de narrador y de inventor de historias.

Michel Houellebecq / Foto: AFP, Miguel Medina

El previo fervor y la misteriosa lealtad con que los lectores se acercan a un libro indican, dice Borges, su carácter de “obra clásica”. ¿Con qué disposiciones de ánimo nos acercamos a las novelas de Michel Houellebecq? El barullo mediático que rodea a ese señor personaje que es Michel Houellebecq aconseja descartar la “misteriosa lealtad” y pensar en formas de la curiosidad e, incluso, de la incredulidad. (Días atrás me escribía un amigo, fino lector, asombrado de haber devorado al hilo varias novelas de Houellebecq y de haberse topado con un “escritor excepcional”.)

Macilento, verdoso, forunculoso, desdentado, con restos de crenchas grasosas o pajizas sobre el cráneo, con un pucho como apéndice insecable, penetrado por la nicotina y el alcohol: así ha aparecido Houellebecq, fotografia...

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