El Teatro Macció de la ciudad de San José de Mayo lucía engalanado el 9 de julio para que el nacionalista José Luis Falero asumiera su segundo período al frente de la Intendencia josefina (Isj), tras una elección que ganó sin despeinarse, ante un Frente Amplio –otra vez– atomizado, dividido y que tuvo un único candidato que ni siquiera se veía a sí mismo como tal. Con una opinión pública muy favorable a su estilo descontracturado y con una Junta Departamental con 20 ediles a favor, Falero comenzó el mandato generando un duro choque político, que llevó incluso al malestar en la oposición, en el chiruchismo (hoy minoría en la interna blanca) y entre muchos de sus votantes.
Roberto Botti, un montevideano que fue intendente desde febrero a julio (y que nunca supo muy bien cuál era su función),...
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