Síntesis y unidad. Esas son las palabras sagradas que invoca la izquierda frenteamplista cuando cruje su musculatura policlasista o se tensan las “alianzas tácitas” que históricamente ha forjado con los movimientos sociales, en particular con el sindicalismo. La marcha atrás en el decreto de esencialidad en la educación –tan inaplicable por las autoridades como desacatado por los docentes– calmó las aguas oficialistas y dejó en jaque a los sindicatos de la educación capitalinos que se desmarcaron por unos días de la decisión de las federaciones nacionales de maestros (Fum) y profesores (Fenapes), y del Pit-cnt, y se resistieron a cambiar la táctica de paros por unos días.
Después de pasar varias jornadas en la estancia de Anchorena, el presidente Vázquez regresó con una nueva estrategia pa...
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