Uruguay deberá aprender a nadar cual mojarra en un vistoso acuario en el que se desempeñan cinco tiburones y otros nueve peces de menor tamaño y dentadura. En ese contexto, la estrategia del gobierno parece ser la de defender los intereses de peces de su mismo porte y transparentar el funcionamiento del organismo más poderoso de la Organización de las Naciones Unidas (Onu).
Integrar el Consejo de Seguridad implica opinar y votar sobre temas candentes de la agenda internacional, algo que puede incidir, por ejemplo, en la definición de una futura intervención armada o sanciones económicas a un país. Para Uruguay esto implica un cambio notorio con respecto a su actividad habitual en los organismos internacionales.
Pero más allá de las buenas intenciones, en el gobierno existe una percepción: ...
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