No serán alcanzadas las plataformas virtuales como Facebook, Twitter o Youtube, pero sí aquellas empresas que ofrezcan negocios que involucren servicios bajo regulación, como Uber (transporte) y Airbnb (alquiler de propiedades), o que no pagan impuestos, como Spotify (música) y Netflix (series y películas). Denominados por algunos estudiosos como “caballos de troya” globales, los efectos de estos nuevos jugadores, munidos de millonarios capitales de riesgo y de una tendencia hacia la inmediatez, sobre las economías nacionales recién empiezan a conocerse.
La polémica sobre si Uruguay debía seguir participando en la redacción del Tisa, un tratado impulsado por Estados Unidos para abrir a las empresas trasnacionales el comercio de servicios de unos 50 países, se saldó cuando el presidente Tab...
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