Ya se sabe que aparece, allí en la Constitución, que las cárceles “en ningún caso” deben servir para “mortificar”, pero los individuos detenidos en este módulo –acusados de narcotráfico, secuestro, asesinato y rapiña, entre otros delitos– reclaman tener las mismas condiciones que otros presos: poder estudiar o trabajar, ver a sus hijos en las visitas, y que se les permita el ingreso de alimentos y abrigo.
El “Protocolo para el cumplimiento del servicio en el Módulo 12 de la Unidad número 4 (Santiago Vázquez) del Instituto Nacional de Rehabilitación” –que fue puesto en funcionamiento a fines de febrero– incluye que la primera visita a un recluso luego de ingresar a este sector no será antes de los primeros 30 días de reclusión, y que después de ésta las siguientes visitas serán cada 20 días...
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