A poco más de un mes del temporal que arrasó 21 casas y dejó con riesgo estructural a otras 48, la playa del balneario rochense de Aguas Dulces es la imagen de la desolación. Aunque los embates del Atlántico son históricos y en las últimas décadas arrasaron cuatro o cinco filas de los emblemáticos ranchos construidos sobre palafitos, nadie recuerda un temporal tan fuerte como el del 26 de octubre pasado. Ese día la sudestada alcanzó rachas de 100 quilómetros por hora y produjo olas de hasta cuatro metros de altura, que alcanzaron casas ubicadas en tercera fila dentro de la faja de dominio público, según relevó la Intendencia Municipal de Rocha (Idr). Para el director nacional de Medio Ambiente, el ingeniero Alejandro Nario, el caso de Aguas Dulces “es crónico y una muestra de cómo las mal...
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