Podría habitar una rama de la literatura fantástica, ya que hay hechiceros, brujos y aprendices a granel, y por tanto una transgresión al mundo “real” en el que habita el personaje y con el que está familiarizado el lector. Pero El caso de Virginia Tiresias, ópera prima de Mariana Figueroa (Montevideo, 1979), cobija, además, otros propósitos, y si bien parece deleitarse al confrontar al lector con lo “sobrenatural”, elige ir más allá y trascender los géneros. Literarios y sexuales.
Comienza con una voz femenina que narra su peripecia en primera persona. Pronto se vuelve un relato coral, porque otros actores aportan datos que expanden la figura del personaje central. Como si fuese poco, un sector apreciable de la segunda parte está narrado por voces que se introducen sin aviso y diluyen los...
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