La película arranca con unos cazadores deambulando en la noche, que iluminan parcialmente con su linterna pedazos de campo. De pronto, alguien dice: “Hay un casa ahí”, y la cámara se acerca a esa casa y entra en ella. Recién al culminar la visión del filme ese extraño comienzo cobra sentido. Porque esa casa es la de una familia muy especial, como caída del mundo que conocemos todos, algo digno de ser descubierto como rareza por quienes provienen de ese nuestro mundo.
Segunda película dirigida por la joven Alice Rohrwacher (1980), Las maravillas básicamente es una mirada a esa familia peculiar, y sobre todo lo peculiar es la mirada. Allí, en Umbría, en esa vivienda cochambrosa, descascarada, con trapos colgando en vez de puertas, y especialmente en el campo de alrededor, viven Wolfgang (Sam...
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