En 1911 se publicó en París la primera edición del Diccionario crítico y documental de pintores, escultores, diseñadores y grabadores de todos los tiempos y todos los países por un grupo de expertos franceses y extranjeros, más conocido como el “Diccionario Bénézit”. Se trató de una referencia insoslayable para ubicar a casi cualquier artista (occidental), al punto que las galerías montevideanas de los años veinte y treinta promocionaban numerosos cuadros de ignotos pintores europeos sosteniendo que se trataba de autores que figuraban en el “Diccionario Bénézit”.
En su última edición papel, de 1999, la publicación alcanzaba los 14 tomos, casi 13.500 páginas y más de 175 mil entradas. Se podrá consentir que en plena era de Internet este tipo de esfuerzos editoriales pueden verse como injust...
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