El género policial, y dentro de él la novela negra, es inagotable. El noir, el verdadero, no trata de ficciones de suspenso nacidas de criminales que son tales “porque les dieron el biberón frío”, son rehenes de obsesivas pasiones u obedecen a antiguos mandatos ancestrales –que pueden dar lugar, claro que sí, a otro tipo de fantásticas ficciones–, sino de las que transitan lo criminal en directa relación con un estado de las cosas donde el poder, político, económico, es el disparador fundamental. Lo que puede ser, y es. Este libro de Pierre Lemaitre es, en ese sentido, ejemplar.
Escritor francés nacido en 1951, Lemaitre es un caso raro de éxito en la antiprecocidad: empezó a publicar a los 55 años –algo replicado en su vida personal: fue padre casi a los 60–, después de estudiar psicología...
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