La importancia que tuvo y tiene depende de la lectura que se haga de la fenomenal documentación puesta en página; a la que lleva en particular esta lectura es a la que se sugiere desde el propio prólogo: “A principios del siglo XX (…) los veraneantes que allí se instalaban pertenecían, casi sin excepciones, a las ya consolidadas clases altas porteñas y, en menor medida, a las correspondientes de Uruguay. (…) Interactuaban intensamente, exhibiendo –para su solaz– sus específicas pautas de comportamiento y sensibilidad. Refinados en sus costumbres, corteses y respetuosos, cultivaban la conversación amable sobre distintos temas...” (pág 13).
El balneario nace con una impronta oligárquica, a contramano de la evolución de los partidos políticos uruguayos desde su parto en la batalla de Quebrach...
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