Como cae una fruta de un árbol. Así iba a ser. “Cuando sos chico sabés que en algún momento vas a crecer aunque no sepas bien cuándo ni cómo. Cuando era niña creía que ser mamá era como crecer”, explicó Clara, que vende autos, tiene 41 años y todavía no ha tenido hijos. Elena, que es maestra, tiene 40 y sabe que no los tendrá, Soledad, que es politóloga, tiene 42 y piensa adoptar, y Lilián, que anda en los 50 largos, es psicóloga social, madre de una veinteañera, coincidieron en que al principio percibían la maternidad como un destino. No así Giova-
nna, que canta el tango como muy pocas y sin descendencia se acerca al medio siglo.
—Por supuesto que jugábamos a las muñecas –aceptó la artista–. Pero, mirá vos qué increíble, recién caigo en que la mujer con que de niñas jugábamos a las muñec...
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