La decisión de los liderados por Pedro Bordaberry de renunciar a sus siete cargos en los entes, enmarcada en una estrategia de dar el golpe de efecto y marcar un claro perfil opositor al gobierno de Mujica, puso en aprietos a la dirigencia nacionalista y a una parte minoritaria del Partido Colorado. Y contrasta con una política de fuerte cooperación en la mayoría de los entes autónomos y servicios descentralizados, tanto en el contralor como en la gestión.
Cuando en la blanca Unidad Nacional (Una) muchos todavía festejaban haberle arrebatado a Pedro Bordaberry la voz cantante de la oposición mediante la polémica declaración donde advirtieron sobre el peligro creciente de ser presas de un régimen totalitario del Frente Amplio, Vamos Uruguay (vu) volvió a aguarles la fiesta. En otra jug...
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