El proyecto para internar a los adictos en situación de calle diseñado para los consumidores de pasta base ha sido duramente cuestionado y difícilmente se apruebe en el Parlamento. Quienes trabajan en el terreno aseguran que tales prácticas no dan buenos resultados y que el acompañamiento y la generación de vínculos positivos resultarían más eficaces.
No toda letra con sangre entra: ninguno de los técnicos consultados se atrevió a defender la eficacia de la internación compulsiva en el tratamiento de las adicciones. Sin embargo, sí coincidieron en otro punto: cuanto mayor es la inserción social –fundamentalmente familiar y escolar– de quien consume, menor es el riesgo de que se vuelva un adicto (particularmente de drogas ilegales). La diferencia no la hacen las sustancias sino los ent...
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