La Broche de Oro - Semanario Brecha
Edición 1414 Suscriptores

La Broche de Oro

La Broche de Oro Lo que siguió, durante aquel verano, fue una sequía amarilla de tardes enormes. De repente me encontré metido en una especie de versión neorrealista de La laguna azul. Las asambleas ciclísticas de los jpd, el “Manual para saber quién vacía el sobre de la quincena”, los casetes regrabados mil veces con arengas o denuncias horrorosas que llegaban de Buenos Aires o de Europa, se me habían transformado en una obligación estúpida, como estudiar para un examen de contabilidad. La verdad es que visitarte en tu casa y en tu inmovilidad para escuchar a Ziggy Stardust, para escucharte hablar de Ziggy Stardust o para que me prestaras libros de Calvino, también me parecía un deber incómodo con el que otro se había comprometido, y que yo debía cumplir a disgusto. Andaba en otra cosa...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2006 Suscriptores
Plebiscito: una cuña entre el Frente Amplio y los movimientos sociales

Nos habíamos amado tanto

Edición 2006 Suscriptores
El PIT-CNT después del 26 de abril

La chance

Edición 2006 Suscriptores
Las jubilaciones que ofrece el sistema de capitalización individual

¿Cuánto pagan las AFAP?

Edición 2006 Suscriptores
La visión de la responsable de la regularización de los asentamientos

Una hipótesis

Edición 2006 Suscriptores
El uso de herramientas digitales en las campañas electorales

La impulsividad del scroll