Rio de Janeiro está en plena ebullición por los preparativos para los megaeventos que se avecinan: Copa de las Confederaciones, Copa del Mundo, Juegos Olímpicos. En dos años, de 2014 a 2016, tres enormes desafíos económicos, urbanísticos, sociales, políticos. La ciudad está inundada de obras, fundamentalmente en los barrios pobres llamados a ser transformados o al menos “pacificados”. Incluso al precio de acciones policiales violentas, más violentas que lo normal. Hace unos pocos días fueron expulsados indígenas que desde 2006 ocupaban la sede del antiguo Museo del Indio, conocida como Aldea de Maracaná y ubicada justo enfrente del estadio. Varias tribus pretendían crear en ese local un Museo de la Cultura Indígena. La Fundación Nacional del Indio no los respaldó. Dijo que no era su funci...
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