De innovación y miopía
La innovación es la sacrosanta cura para el subdesarrollo, al menos eso nos han dicho. Innovar es implementar cosas nuevas y útiles en nuestro entorno: pueden ser productos, servicios, procesos, arreglos organizacionales, usos, soluciones. Habremos escuchado que para innovar hay que dominar tecnologías, que políticos y empresarios deben dejar de oír el canto de las sirenas de los cómodos commodities y transformar la matriz productiva hacia sectores técnicamente más avanzados. Ojalá nuestra suerte sea haber escuchado este rezo hasta el cansancio. Ojalá el asunto fuera tan sencillo como aplicar estas soluciones y graduarnos en “desarrollo”.
Innovar es complejo: involucra agentes que intercambian, generan o descartan conocimiento, que están inmersos en un proceso d...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate