El teniente general retirado Gregorio Álvarez cobró una jubilación de 172.647 pesos hasta diciembre del año pasado, cuando murió. Otros militares retirados procesados cobran más de 100 mil pesos. Sí, sucede que incluso 40 años después de la dictadura, torturadores procesados con prisión, como el susodicho, gozan de ciertos beneficios que para el resto de los mortales serían impensables; la jubilación común de un civil no llega a los 60 mil pesos. Ese es uno de los motivos –no el único– por los que el Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, conocido como Caja Militar, el año pasado alcanzó un déficit de 470 millones de dólares (casi un punto del Pbi). Ya en 1920, según un documento de la época evocado por el gobierno durante la reunión con la bancada, los propios administrad...
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