Iba a sacar su auto por Libertad, pero antes le cedió el paso a un peatón. Lo miró, eran las 7.30 de la mañana, y ese rostro la obligó a detenerse. En el frío de esa mañana de abril, él se escondía bajo una capucha y venía con el paso apurado. Ella lo vio y el frío le corrió por la espalda. Recién después repararía en que sólo cargaba su Nokia 1100, el celular que usa para el trabajo, y que no tenía cámara de fotos para documentarlo. En ese instante únicamente atinó a dar la vuelta a la manzana para esperarlo por Libertad y Martí, en la misma esquina donde semanas después se haría un escrache para impedir que José Nino Gavazzo –portador de uno de los rostros que mejor expresan el cinismo de la dictadura y que recuerdan el Plan Cóndor, el robo de niños, la violación de mujeres, la tortura y...
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