Al acecho entre los millones de estadounidenses que podrían ser presidente seguramente haya una persona que ha prestado mucha atención al fenómeno Trump y que se prepara para darle un manotazo al poder, sin precedentes en la historia del país. Puede ser un hombre o una mujer quien se presente como la versión Trump 2.0, actualizada y más eficaz.
Muchos dirían que el próximo Trump será un hombre blanco, pero sería mucho más astuto apostar por un nuevo Trump en versión femenina, alguien de piel oscura, homosexual o aun alguien que no sea cristiano. La razón para ello: demografía. Aquellos a quienes la Oficina del Censo identifica como “blancos” siguen siendo mayoría. Pero la inmigración, décadas de integración escolar, las parejas “interraciales” y homosexuales están erosionando los muros de ...
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