Un hombre que quiere elevarse a una posición de mando supremo es, por lo general, un hombre dotado de energía. Con 60 años y lejos de la barba rasa, el senador Jorge Larrañaga no descansa, no se cansa. Es viernes 16 de junio y una vez más el caudillo está de poncho, con una divisa blanca en el cuello, y arriba de un caballo. Como todos los años, fusta en mano, el “Guapo” está dispuesto a recorrer el “camino de Wilson”;1 y al igual que en los últimos tres comicios electorales, está dispuesto a recorrer el camino hacia la “candidatura única” a la presidencia del Partido Nacional (PN).
Esta vez Larrañaga situó el inicio de su campaña 23 meses antes de las elecciones, casi que obligado. El 8 de junio el semanario Búsqueda dio a conocer públicamente que uno de sus acólitos montevideanos de más ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate