Puede sonar simplista, pero que haya sido una mujer la directora de esta película1 ya ha vuelto notoria la diferencia en la aproximación a su protagonista. La cámara no se detiene lascivamente en gratuitos planos detalle del cuerpo de la Mujer Maravilla, y el abordaje se enfoca en su personalidad y su forma de pensar y sentir; de hecho, quizá esta sea la primera vez que una superheroína es representada como una mujer con convicciones y no como un objeto y una proyección de fantasías masculinas.En primer lugar, lo más meritorio de esta película tiene nombre y apellido: la israelí Gal Gadot es una sorpresa absoluta, una actriz sumamente competente a la hora de aportarle personalidad y cierta densidad emocional a la protagonista. La intérprete fue miss Israel en 2004 (cuando tenía 18 años), l...
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