Las recientes notas de Gustavo Leal (Brecha, 12-X-12) y de Álvaro Echaider (Brecha, 19-X-12) tienen la virtud de promover un debate necesario, lamentablemente postergado. Ambos puntos de vista en lo personal son plenamente compartibles: en el caso de Leal, la constatación de un estado de ánimo determinado que, guste o no, allí está. En el caso de Echaider es digno de pleno acuerdo el exigir que con la crítica exista la propuesta, porque es la única forma de avanzar y convertir el rezongo en alternativa.
Ante todo, entender el relativo estancamiento del presente debe comprenderse por el agotamiento de una idea de ciudad y un determinado estilo iniciado en 1990. En buena medida lo ocurrido se explica porque a lo largo de todos estos años se promovió la continuidad de un esquema de gobie...
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