Parece que la interna de la selección brasileña en el Mundial de Suecia 58 estaba brava. Imaginamos alcohol y mujeres, dada la proverbial predilección de las suecas por los hombres afrodescendientes que siempre dicen presente en cualquier selección brasileña que se precie de tal. Cuestión que tras superar a Austria y empatar con Inglaterra, el combinado auriverde debía enfrentar a la poderosa Unión Soviética (me pongo de pie) de mi buen amigo Lev Yashin. Si ganaban los soviéticos, afuera Brasil. Los otros dos resultados favorecían a los norteños. Escenario similar al registrado ocho años antes, por lo que digamos que el clima en la concentración brasileña no era el mejor. Como si fuera poco, el apellido del director técnico era Feola.El entrenador la vio homónima y ante la urss puso de ti...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate