Déjà vu - Semanario Brecha
Edición 1541 Suscriptores

Déjà vu

Finalizado el ciclo electoral, la interna del Frente Amplio vuelve a caldearse en torno a si Xavier debe continuar como presidenta de la coalición sin renunciar al Senado, o si es sustituida por un triunvirato provisorio hasta que se renueven las autoridades en 2016.

“No va más.” Eso dicen los sectores frenteamplistas que se oponen a que Mónica Xavier continúe ejerciendo como senadora del Partido Socialista y, al mismo tiempo, como presidenta del Frente Amplio. Con esa postura sintonizan el Pcu, el Mpp y varios delegados de base. “Que siga”, responden los sectores de la coalición de izquierda que insisten en que no es un año adecuado para enfrascarse en un cambio que le quitaría “legitimidad” a la conducción frenteamplista. Bajo esta postura se refugian el PS, el Fls, la 711, la Vertiente y Casa Grande, aunque la discusión interna recién comenzó.
La senadora socialista ganó las primeras elecciones internas a padrón abierto que realizó el FA en mayo de 2012, cuando votaron 173 mil frenteamplistas. Con el 43 por ciento de los votos, Xavier duplicó al can...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2037 Suscriptores
El proyecto Neptuno en debate en medio de la transición

Movimientos de ajedrez

Edición 2037 Suscriptores
El derrame de petróleo en el Solís Grande y sus antecedentes

Lágrimas negras

Edición 2037 Suscriptores
El Ministerio de Ambiente y las tensiones de la agenda ambiental para el próximo período de gobierno

Distintos tonos de verde

Edición 2037 Suscriptores
Con Marcela Barrios, presidenta del Frente Amplio de San José

«La gente está dejando de tener miedo»

Edición 2037 Suscriptores
Con Diego Sanjurjo, sobre la transición en el Ministerio del Interior

«Refundar cada cinco años la política de seguridad es un gran error»