Es un gran honor para mi escribir estas líneas celebrando el premio Bartolomé Hidalgo recibido por Benjamín Nahum. Me encontré con él por primera vez en la Biblioteca Nacional en el año 1967, junto con José Pedro Barrán, cuando estaban haciendo las investigaciones para su primera gran obra, la Historia rural del Uruguay moderno, e hicimos una amistad duradera. Después siguieron con otra gran obra, los ocho tomos de Batlle, los estancieros y el imperio británico, sobre la parte política e ideológica de esa historia. Si no hubiera publicado nada más, por su coautoría de estas dos series de libros que cambiaron el cuadro de nuestra visión de la historia uruguaya de la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, merecería Benjamín Nahum el premio Bartolomé Hidalgo.
Pero du...
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