En 1992 el escritor cubano Leonardo Padura visitó Buenos Aires. Con unos pocos dólares en el bolsillo –no era precisamente un momento de bonanza para Cuba– y la ayuda de varios amigos, recorrió los recovecos de la ciudad y se paseó por la Feria del Libro, que por ese entonces estaba al lado de la Facultad de Derecho, en el barrio de Recoleta.
Lo hizo de incógnito. Aunque ya era escritor y le había dado vida al detective Mario Conde –ese policía que no quiere ser policía–, podía moverse como un perfecto desconocido. Todo lo contrario a su último viaje de este mes de mayo, cuando se transformó en una de las figuras de la feria (invitado por la editorial Tusquets y la revista Nueva Sociedad). Aunque los lectores de novelas policiales lo conocen por su trilogía Las cuatro estaciones, protagoni...
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