En el espinoso camino hacia el entendimiento con sus antiguos adversarios políticos, Washington y La Habana encontraron en Mujica un “amigo cómplice” con buena llegada al gobierno cubano para reforzar un acuerdo cuyas perspectivas siempre se mantuvieron en la delgada línea del ensayo y el error. “El presidente Mujica tiene credibilidad en el mundo y es, además de todo, un líder a lo largo de todo el hemisferio”, había dicho Obama durante el encuentro con su par uruguayo en el salón oval de la Casa Blanca, el 12 de mayo. Antes, en privado, ambos habían conversado sobre la necesidad de levantar el bloqueo. Mujica, que había estado reunido en Cuba con Raúl Castro, fungió como intermediario para que la potencia del Norte pasara un mensaje a La Habana: Obama estaba dispuesto a alcanzar un acuer...
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