Los primeros cien días de un gobierno siempre son motivo de análisis de politólogos y de los medios. Se buscan continuidades, diferencias de matices e inflexiones, aunque la nueva administración pertenezca al mismo partido que la anterior.
En el caso del período iniciado este 1 de marzo, con la segunda presidencia de Tabaré Vázquez, es posible señalar algunas diferencias con el anterior, que van desde el obvio cambio en el estilo presidencial hasta los distintos énfasis en materias sustantivas.
La forma de conducirse y de comunicar de Vázquez volvió a quedar claramente marcada. Su menor exposición pública (el actual mandatario mide sus apariciones en los medios) opera en claro contraste con aquella de un Mujica verborrágico y de continuas declaraciones. Por otro lado, una cualidad del pres...
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