Cuando pensábamos en el poema de Benedetti: “me gusta la gente, la gente que vibra, la que no hay que empujarla ni decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que tiene que hacer y lo hace” nos sentimos convocadas a recordar a dos compañeras. Porque esa gente es comprometida, y así eran Mirta y Pitico, quienes –junto con muchas otras compañeras de prisión de todas las épocas y de todos los partidos o movimientos– denunciaron la violencia sexual sufrida durante la dictadura. Para que se oiga nuestra voz y para que toda la sociedad sepa lo que nos hicieron a todas y lo repudie. Y para que se haga justicia y no vuelva a suceder nunca más.
Nos sigue diciendo Benedetti que la gente que le gusta es “la gente justa con su gente y consigo misma, pero que no pierde de vista que somos humanos ...
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