Fotos, mujeres, cuerposHace un par de números la contratapa de Brecha alojó una de las fotografías más conmovedoras: “La madre migrante”, de Dorothea Lange, dolorosamente bella, que fue para la iconografía del siglo xx rara síntesis de natividad y pietà. Como si la virgen madre y la mater dolorosa del Renacimiento se fundiesen en una, candor dolor, ofreciendo una imagen aggiornada a una sensibilidad que reverencia la ternura como un bien escaso y reclama la denuncia social. Ese documento de la gran depresión pudo ser bandera del evangelio laico de nuevos idealismos. La nota de Oscar Bonilla daba el nombre de esa madre migrante, Florence Owens, haciéndonos recordar el trato con la verdad que tiene el arte de la fotografía. A mí me recordó además la retrospectiva de Lange que pude ver en 20...
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