Un fantasma recorre Europa
Un road-poem entre Barcelona y París, un “registro mental y corporal de las calles de la ciudad”. El primer movimiento de Sueño sin fin es una cita de David Byrne; el segundo (“Paso a paso/ hacia ninguna parte…”), un poema de Beckett. Luego viene un largo título descartado, propuesto por Roberto Bolaño a fines de los años setenta como compilador y transcriptor, junto a Bruno Montané Krebs, de este tramo de viaje por Europa del mexicano Mario Santiago Papasquiaro.
Según el prólogo, que lo intuye todo, Sueño sin fin confronta con Muerte sin fin, el clásico de José Gorostiza. A la vez conecta con un movimiento, de vanguardia, anterior al grupo de Contemporáneos, que tuvo por cabecilla e ideólogo a Manuel Maples Arce. En un punto del “manifiesto estridentista” (...
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