Cualquier uruguayo que cruce el Río de la Plata se encuentra con una imagen idealizada de su país. En el imaginario argentino Uruguay es “un país en serio”, de gente amable y honesta; un país que ofrece seguridad y respeta la libertad. Los orígenes de esa percepción hay que buscarlos en el siglo xix, cuando las elites porteñas que huían del “tirano” Rosas se refugiaron en Montevideo. Desde entonces esta ciudad es el “refugio civilizatorio” frente a la “barbarie” de los gobiernos de Buenos Aires. En el siglo xx la complicada relación con el primer peronismo extendió esta visión a sectores más amplios, al punto que Uruguay se convirtió en el “paraíso” (natural, social, político, económico y también fiscal) de muchos argentinos. Desde los tiempos de la “Nueva Troya” Uruguay asumió esa imagen ...
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