Folcloreemos nosotros - Semanario Brecha
Cultura Suscriptores

Folcloreemos nosotros

Con físico de niño y dimensiones de titán, el músico de raíz folclórica tucumano Juan Quintero tocó para una platea renuente a dejarlo ir.¹ Luego repasó las guitarreadas que lo signaron, el magisterio de Juan Falú, el título de director coral sin ejercer y el de director de orquesta que no obtuvo, pero ejerce.

Foto: Juanjo Castel

—Mencionaste a la prensa que habías iniciado un proceso de apertura creativa, ¿en qué está?
—Este año me llegaron, misteriosamente, propuestas para trabajar como director de orquesta, carrera que no concluí, y alguna para dirigir un coro, carrera que sí terminé. Digo misteriosamente porque siempre trabajé solo o, máximo, con los dos compañeros de Aca Seca trío (Andrés Beeuwsaert y Mariano Cantero). El compromiso de liderar un número mayor de músicos, que acepté, me obliga a repensar no sólo mi rol dentro de la música, sino la música misma, es como volver a ser estudiante a los 40.
—¿Propuestas de orquestas sinfónicas o de cámara?
—Ambas, planificamos varios conciertos, ya hicimos uno.
—¿Canciones tuyas?
—Diversas, algunas mías, otras de las que homenajean a distintos autores, entre ellos, ...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2054 Suscriptores
Primeras cinco semanas del nuevo gobierno frenteamplista

A paso lento

Edición 2054 Suscriptores
El avance de las indagatorias por Conexión Ganadera

Las vacas que faltan

Edición 2054 Suscriptores
Con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo

«Volveremos a vivir el escándalo de las ocho horas»

Cultura Suscriptores
En el centenario del maestro Rubén Lena (1925-1995)

El hombre es un muñeco de sueños, nada más

Cultura Suscriptores
Sobre Meditaciones, un testamento literario

La siembra de un maestro