“¡El micrófono es norteamericano!”, advirtió alguien desde el público. Un problema técnico interrumpía el inicio de la proclama y la broma desató las risas de quienes, de pie sobre el estrado, esperaban ansiosos la oratoria que daría fin a la marcha. Visiblemente nervioso, el vicepresidente Raúl Sendic también intentó sonreír. Demasiado tenso como para darse ese lujo, apenas si logró una mueca que mal disimulaba su incomodidad en el centro del escenario.
Quizás Sendic no tenía elementos para acompañar la hilaridad general. La marcha en solidaridad con Venezuela que el lunes 23 convocaron el Pit-Cnt, la Feuu, el Frente Amplio (FA) y la Universidad de la República –entre otros– lo tuvo como centro absoluto de las miradas. Un ambiente que podría presuponerse hostil, luego de que a principios ...
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