La marcha más populosa del año se produjo el jueves 11 de octubre. Fue convocada por organizaciones escasamente conocidas. Es fácil describirla sumando presuntas identidades: cañeros y estancieros, hippies desterrados del Cabo y gurises nacidos en asentamientos de Malvín Norte, entre otras. La clasificación podría ocultar el nacimiento de identidades nuevas.
El centro hervía el jueves a las seis de la tarde. Una especie de furor transformado en apuro se reflejaba en las caras de los transeúntes, tanto como el sol que a esa hora se ubica entre las filas de edificios, recortando una perfecta silueta de la ciudad a los ojos de los que van para la Ciudad Vieja. En esa dirección, un par de motos de tránsito vienen cortando la mitad de la calzada. Y justo detrás aparece un enjambre d...
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