Varios meses atrás otro hecho violento sacudió a la opinión pública: un joven asesinó a un trabajador de La Pasiva, y aquel caso, como éste, tuvo el dramático ingrediente de la filmación de los hechos trasmitida infinitas veces en los medios. La conmoción motivó un conjunto de medidas desde el gobierno que pretendían reformular las políticas en torno a la seguridad, considerando que la violencia, más allá de todo acto puntual, estaba calando hondamente en la sociedad. La profunda fractura social motivada por segregaciones culturales, educativas, residenciales, estimula la marginalidad y las crecientes formas de “anomia social y transgresión” que, de tanto en tanto, se encarnan en algunos sujetos y en episodios concretos –sazonados a veces por el alcohol, una arista que no fue objeto de de...
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