La Broche de Oro - Semanario Brecha
Edición 1414 Suscriptores

La Broche de Oro

La Broche de Oro
Lo que siguió, durante aquel verano, fue una sequía amarilla de tardes enormes. De repente me encontré metido en una especie de versión neorrealista de La laguna azul. Las asambleas ciclísticas de los jpd, el “Manual para saber quién vacía el sobre de la quincena”, los casetes regrabados mil veces con arengas o denuncias horrorosas que llegaban de Buenos Aires o de Europa, se me habían transformado en una obligación estúpida, como estudiar para un examen de contabilidad.

La verdad es que visitarte en tu casa y en tu inmovilidad para escuchar a Ziggy Stardust, para escucharte hablar de Ziggy Stardust o para que me prestaras libros de Calvino, también me parecía un deber incómodo con el que otro se había comprometido, y que yo debía cumplir a disgusto. Andaba en otra co...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2077 Suscriptores
Con el prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz

«El borrador del Ministerio de Justicia está terminado»

Edición 2077 Suscriptores
La deuda soberana y los límites de lo posible

Vivir de prestado

Edición 2077 Suscriptores
Los informes que buscan presentar el creciente rechazo a Israel en Uruguay como un «alza del antisemitismo»

El pastorcito mentiroso

Edición 2077 Suscriptores
Prohibidas las banderas palestinas en la cuadra de la Escuela Integral

La calle es libre si queremos pasarla