La buena moral y las malas costumbres - Semanario Brecha
Edición 1407 Suscriptores

La buena moral y las malas costumbres

Dos de las tres protagonistas femeninas de esta película* son estudiantes universitarias que ejercen la prostitución de manera más o menos encubierta, tomando ciertos cuidados, evitando caer en las redes de los tratantes de blancas y bajo el manto psicológico de una coartada moral difícil de rebatir: “nada malo me sucederá”, “la paso bien”, “ninguno de mis principios está peligrando”. Lo hacen para ganar buen dinero, financiar sus estudios, sentirse autosuficientes y colaborar con sus familias (que de esto nada deben sospechar, pero igual sospechan) en su manutención. Ambas muchachas son jóvenes, hermosas, frescas, decididas. Una (Joanna Kulig) es una polaca rubia, grande, atrevida y voluptuosamente sexuada que está liada con un hombre rico que ha puesto un elegante apartamento a su dispos...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2091 Suscriptores
Interpelación por la JUTEP: una vez más la oposición no cierra filas y el gobierno empata

Moneda de tres caras

Edición 2091 Suscriptores
Trata y explotación en la empresa Sanducitrus de Paysandú

La exprimidora

Edición 2091 Suscriptores
Aceguá, el pequeño rincón de la frontera

Por las sierras

Cultura Suscriptores
Con el historiador Alex Borucki sobre la trata esclavista en el Río de la Plata

Las cuentas pendientes

Edición 2091 Suscriptores
Estados Unidos y su ofensiva en el «hemisferio occidental»

De Robocop global a matón regional