No toda obra literaria resiste las intervenciones de su autor, las sucesivas vueltas de tuerca. Ricardo Piglia lo ha hecho otra vez y el resultado es una nueva desviación, una calle en otro sentido. El último movimiento en el mapa de sus textos fue con La invasión, en 2006, cuando en España era considerado “uno de los más grandes escritores contemporáneos en lengua española”. Aquella vez volvió al principio, a los cuentos, como si lo llamaran al juego de reescribir para crear nuevos contextos y alterar la ficción. Aquel libro había sido premiado en un concurso de Casa de las Américas y editado en La Habana, en 1967, pocos meses antes de que circulara en Argentina con su título definitivo y una contratapa enérgica de Haroldo Conti.
Con Antología personal Piglia vuelve a mover las piezas y p...
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