Eran las ocho de la mañana cuando algunos se despedían del calor de Montevideo para vivir por un año con temperaturas bajo cero. El grupo partió del aeropuerto de Carrasco el 1 de diciembre, en un viaje de cinco horas a bordo del avión Hércules de la Fuerza Aérea Uruguaya, hasta la ciudad chilena de Punta Arenas. Allí los pilotos descansan y observan las condiciones climáticas a la espera del “período ventana” que permite cruzar hasta la isla Rey Jorge en un viaje de dos horas. Este lapso se da una o dos veces por día, cuando calma el viento y la visibilidad es buena para volar sin dificultades. El viaje es riesgoso, no sólo por el clima, sino también porque a la hora del aterrizaje la pista de piedra puede estar mojada por la nieve.
Esta vez no hubo suerte y fue necesario esperar dos noch...
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