“En mi vida he conocido a nadie como Julian Assange. Tan liberal. Tan enérgico. Tan genial. Tan paranoico. Tan obsesionado con el poder. Tan megalómano.” Las palabras son de Daniel Domscheit-Berg, quien en el libro Dentro de Wikileaks* se presenta como su “principal colaborador”. No tuvieron un vínculo fácil, y leyendo las 250 páginas de ese testimonio subtitulado “Mi etapa en la web más peligrosa del mundo”, parece claro que la ruptura resultaba inevitable.
Assange es presentado como un déspota, un ególatra que combina en su personalidad delirios de emperador y arrebatos de pop star. Pero no es fácil discernir cuánto hay de cierto y cuánto de inquina en ese retrato. El autor del libro se convierte muchas veces en la única campana de la que dispone el lector. Incluso cuando hay algún ...
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