Con esa fórmula los antiguos ministros del Interior y de Defensa eluden cualquier responsabilidad… hasta que aparezca algún documento que destruya la coartada. De todas formas, no debe ser agradable para los invitados confrontar a una docena de diputados que les exhiben documentos de los archivos de inteligencia que revelan prácticas de espionaje y operaciones encubiertas de las épocas en que ellos estuvieron al frente de los ministerios, y mantener el gesto de inocencia.
En principio, ese recurso de decir “no estaba enterado” deja mal parados a los ministros, porque implica confesar que los subordinados, fueran policías o militares, no respetaban las jerarquías y hacían lo que querían. En el caso de la inteligencia ello implicaba hacer seguimientos de políticos, intervenir teléfonos, infi...
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